El campo de la fotografía es muy amplio y variado, tiene muchos géneros, distintos protagonistas, diversos objetivos. Como arte es una de las maneras más completas para expresarse y cuenta con muchos elementos para lograr plasmar el mundo tal cual se nos presenta o simplemente como nos gustaría que se viera.
Para algunos, posar para una foto es una tortura, se refleja la tensión del momento, la sonrisa sale mal, los ojos cerrados, en fin, un desastre que delata que no se estaba cómodo al momento del click.
Sin embargo, para otros es natural, proyectan seguridad, confianza, todo está en su lugar y se ve lindo. En las redes sociales se puede ver fotos de perfil a jovencitas con el cuello torcido mirando de medio lado y los muchachos con los dedos haciendo cuernos, señales del ghetto, y otras cosas raras.
Posar como arte queda plasmado en los modelos profesionales que através del tiempo y como resultado de su trabajo, el estar frente a una cámara se convierte en una expresión artística que puede llevar al espectador a diferentes estados de ánimo y hasta tener fantasías, no importa si es para vender un producto o promocionar una marca de ropa. Bajo las indicaciones del fotógrafo y el equipo de producción, un modelo debe ser capaz de transformarse en distintos personajes basándose en posturas y expresiones faciales con un alto grado de concentración. Para los demás, cuando estemos delante de una cámara, hay que estar lo más natural posible, relajar el cuerpo, posición recta, hombros atrás, sonreír y mirar siempre al lente.
Fuente: Figueroa, Thelma, La Fotografía El Arte de Posar, Revista HIP LA GUIA 24 / Julio - Agosto / 2010
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